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Docerámica, encarnando el placer de una mesa en buena compañía Docerámica, encarnando el placer de una mesa en buena compañía

Cultura

Docerámica, encarnando el placer de una mesa en buena compañía

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Por Lorena Papí Rodes

Crear objetos perdurables, objetos que cuentan una historia y que serán parte de la historia de otros. Es el espíritu que ha dado vida al proyecto de Belén Agosti y que se percibe en cada una de las piezas que salen de su pequeño taller, Docerámica.

Vajillas y todo tipo de menaje cobran un nuevo significado, en sus manos de ceramista "en construcción”, como ella misma se denomina. Se convierten en objetos con una personalidad única —porque contienen la historia de quien las crea—,que redefinen lo cotidiano. Que acompañan con su minimalista elegancia esos momentos compartidos alrededor de una mesa con personas especiales, haciendo que brillen aún más.

Mesa vestida por Docerámica

Un papel que comparte con Alhambra Reserva Roja, la variedad de Cervezas Alhambra por excelencia a la hora de sentarse a una buena mesa y disponernos a disfrutar, como merece, cada ingrediente, cada elaboración y producto. Porque son esas cosas creadas con dedicación y esmero —como una cerveza que requiere un disfrute reposado y consciente— las que contribuyen a transformar en especial un encuentro. En uno de esos recuerdos que van dejando una estela de felicidad, al volver a la memoria.

Modelando su voz de artista

Tazas Docerámica

La historia de Belén es la de una peregrina por partida doble. Esta argentina afincada en Barcelona y licenciada en Psicología, acudió a la artesanía buscando un espacio de expresión propia.

Las cualidades que tanto aprecia en el barro le permitieron lograr su objetivo inicial: crear y desarrollar «una línea de cerámica utilitaria y decorativa; de objetos atemporales que nunca perderán su valor».

Y tejer planes de futuro, como encontrar la forma de aunar sus dos oficios, con el proceso creativo como hilo conductor.

Pero encontró mucho más en el barro. Descubrió su propia voz al moldear, y aprendió un nuevo idioma —el lenguaje que se habla con las manos— , un idioma que ahora también enseña a otros. En sus ‘workshop’ creativos, sus alumnos aprenden a revelar la historia de los objetos, pero también a comunicar la suya propia, a través de sus creaciones.

Porque, como explica esta artista, «no hay una voz igual a otra, ni un decir igual a otro, la singularidad se hace presente en cada pieza realizada».

El del arte realizado a mano es un lenguaje emocional. Para Belén, «un medio de expresión bello y transformador». Doblemente transformador, en realidad, porque las manos dejan su huella sobre el barro, pero el barro también va modelando el espíritu. Modelar es algo muy parecido a meditar.

Porque es con su mundo interior con el que conecta cuando está ante el torno, y son sus ideas, sus proyecciones, sus propias historias, las que acaban reflejándose en sus piezas.

Objetos para sentir la magia en el día a día

La dominancia de los colores neutros en las vajillas de Belén responde a una necesidad: que platos, salseras y fuentes piezas convivan en armonía con el resto de la mesa; que «acompañen sutil y armónicamente una mesa ayudando a componer la magia de lo cotidiano, aportando una voz delicada y bella a la experiencia que se vive en torno a ella», aclara su autora.

Plato de la colección Trigo

De ahí sus líneas sencillas, como si solo pretendieran insinuar formas sin llegar a mostrarlas. Su textura lisa, sobre la que apenas interviene. Y, sin embargo, es su simplicidad lo que paradójicamente más llama la atención. Una sencillez que se transforma en poderosa presencia, porque Belén se debe a esa máxima que atrae a tantos artistas: “menos es más”.

Quizás por eso Docerámica ha conseguido ese equilibrio entre elegancia y cotidianeidad. Sus vajillas tienen la doble capacidad de vestir de gala una mesa para una ocasión especial.

Pero también de hacer diferente cualquier momento, cubriéndolo con una pátina de distinción solo con su presencia: en un desayuno en familia, con sus set de taza, cuchara y plato, sus jarritas “milki” y sus azucareras. En una cena preparada con mimo, con sus tablitas “trigo”, ideales para presentar una selección de productos como quesos o patés.

El arte de crear/sin/prisa

Belén entiende su oficio desde la mirada con perspectiva, desde la relectura de las bases. En su alma hay una ceramista tradicional, que sigue valiéndose únicamente de sus manos —y un horno de cocción a altas temperaturas— para crear. Pero la que se deja ver en la superficie, a través de sus creaciones, es una artista vanguardista.

Salero de Docerámica

«El oficio de ceramista es una tradición que nunca dejará de ser la matriz de este trabajo», cuenta Belén. «Saber mirar hacia atrás nos permite ver el presente y valorar todo aquello que nos precede. Creo que es necesario dar vida a un diálogo constante entre lo tradicional y lo que se denomina vanguardia para recordar sus orígenes y valorarlo aún más».

Es a artesanos como Belén de Docerámica, que le dan un nuevo sentido a su oficio, a los que Cervezas Alhambra admira y apoya a través de su plataforma crear/sin/prisa. Un espacio de comunicación artística en el  que mostrar creaciones basadas en un arte tradicional, pero presentadas al mundo con una mirada adelantada, contemporánea. Logrando ese delicado equilibrio entre pasado y presente. Tendiendo un puente entre lo clásico y lo actual.

Bol, cuchara y tabla de Docerámica

Pero la marca cervecera y Docerámica aún tienen más en común. Ambos saben que ese diálogo entre manos y materia prima no puede ser precipitado. Porque solo las cosas bien hechas, las que se deben a la práctica de crear/sin/prisa puede dar como resultado algo que atrape a los sentidos; como las creaciones de Belén. Que nos haga querer detenernos para apreciar su atención al detalle, su imperfecta precisión, sus formas orgánicas.

Jarras de Docerámica

«El tiempo», concluye Belén, «es el maestro en este trabajo. El que nos enseña a desarrollar la espera y la paciencia, que son cualidades esenciales para llevarlo a cabo».