Es Tendencia - Gastronomía
Sopas de verano más allá del gazpacho: los platos de cuchara también son para el calor
De cuchara, con sabor fresco y matices sofisticados. Sopas con alma, colores vivos y aromas que invitan a disfrutar lo mejor del verano
El guiso, la sopa y el cocido son los grandes emblemas de la cocina de invierno. Pero si no fuera por el gazpacho, quizás nunca nos habríamos atrevido con esta y otras recetas de cuchara -en frío- cada verano.
O puede que sí… porque, como veremos, la sopa fría más famosa de Andalucía no es tan única en su especie como pensamos. Desde los países del este a nuestra cocina, encontraremos una buena remesa de ideas que se sirven con cuchara y que también ayudan a combatir el calor del verano. Estas, sumadas a otras ideas contemporáneas con frutas de temporada, completan un recetario para refrescarse y alegrar al paladar durante los próximos meses.
Te mostramos cuatro ideas de recetas de sopas frías para no dejar tu cuchara en barbecho mientras dura el verano. Saca tu batidora, haz hueco en el frigorífico y prepárate para maridar su sabor con las diferentes variedades de Cervezas Alhambra que te proponemos. Un combo irresistible y refrescante que no podrás dejar de preparar mientras duren las altas temperaturas.
Borsch, la sopa fría del este
Si más o menos estás familiarizado con la cocina del este de Europa, seguro que has oído hablar de la sopa Borsch. Esta receta tiene dos peculiaridades: su color magenta vibrante (resultado de la remolacha cocida) y su versatilidad, pues es un plato que se puede consumir tanto en frío como en caliente.
Para prepararla, se utiliza remolacha triturada, pepino, cebolla morada, huevo duro picado y un puñado de eneldo fresco. Lo que sí varía según la región es la base líquida, que a veces es agua fría, otras caldo vegetal y, en ocasiones, yogur natural o kéfir, lo que le aporta una textura cremosa y un toque ácido. Se suele aliñar también con un poco de sal, pimienta y unas gotas de limón. El resultado es toda una explosión visual y gustativa, perfecta para dar color a los calurosos días de verano.


Salmorejo de albaricoque: dulzor de verano
El salmorejo de albaricoque es una versión afrutada del clásico cordobés; toda una delicia para los que disfrutan aportando un matiz afrutado y de temporada a los platos del verano. Además del básico de la receta tradicional, el tomate maduro, esta versión emplea también albaricoques, ajo, AOVE, sal, pan y, si nos gusta, un toque de albahaca o eneldo.
Al triturar todo obtenemos una sopa fría con alma de fruta, sorprendente y elegante, que además se puede variar con otros ‘primos’ del albaricoque, como los melocotones, nectarinas y más frutas de hueso. Para servir, se puede coronar con jamón ibérico en virutas o queso fresco desmigado, jugando con el contraste de sabores. Como maridaje te proponemos una lager como Alhambra Especial, infalible con el sabor dulce y ácido del tomate, y perfecta para disfrutar con una variedad muy refrescante este verano.
Blanco y fresco: sopa fría de espárragos y huevo
La sopa fría de espárragos blancos con huevo duro es una forma estupenda de combinar frescura y elegancia en cada cucharada. Para prepararla, se trituran los espárragos blancos junto con un poco de su propia salmuera, huevos duros, aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal hasta obtener una crema suave y ligera.
Se sirve bien fría, decorada con un poco de jamón o, si lo preferimos, con un toque crujiente de almendras fritas, que añaden textura y un sabor tostado que va a la perfección la delicadeza del espárrago. Para realzar sus matices, el maridaje perfecto es Alhambra Reserva 1925, cuya complejidad, notas florales y cuerpo equilibrado armonizan con la suavidad del espárrago (y con el sabor intenso de las almendras). Sin duda, todo un aliado para elevar tu experiencia gastronómica más veraniega.
Ajoblanco con uvas rojas ¡y coco!
El ajoblanco con uvas es todo un habitual de estos meses del año, pero te proponemos ir un paso más allá con un toque de coco, ideal para llevar tu plato desde Andalucía hasta cualquier paraíso tropical. Se prepara moliendo almendras crudas con pan, ajo, agua y aceite de oliva virgen extra hasta conseguir una crema blanca y suave. Luego se añade un chorrito de leche de coco para aportar un matiz exótico y ligeramente dulce, que además equilibra la intensidad del ajo.
Para completar, se colocan por encima unas uvas rojas partidas por la mitad, un añadido jugoso que regala un punto alegre y colorido a una sopa totalmente blanca. Si te gustan los platos ligeros, pero con carácter, te sorprenderá la combinación entre la tradición y lo moderno de esta sopa. Un plato que demuestra que los sabores clásicos pueden reinventarse sin perder su esencia.
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