Suena a verano, a camisas abiertas con cuellos anchos, coches deportivos, americanas color pastel y trikinis neón. A gafas de sol por la noche, cervezas muy frías en la playa y, sí, es imposible que no suene a la década de los 80.
Por Cervezas Alhambra
Obviamente hablamos del italo disco, un género rebosante de sintetizadores optimistas que amenaza con volver para llenar de color, ritmo y alegría nuestras vidas.
El sonido italo disco, y en general todas las vibes musicales ochenteras, están de vuelta y pegando fuerte en el pop actual. Referentes superventas de la escena abrazan con fuerza los sintes luminosos y vitalistas, los estribillos catchy y los ritmos electrónicos futuristas que sustentaban la identidad del género. Lo encontramos, por ejemplo, en el ‘Mayhem’ de Lady Gaga, lanzado al mercado el pasado marzo, en el ‘Radical Optimism’ de Dua Lipa, publicado en 2024, o en muchísimos de los hits de The Weeknd, rebosantes de influencias del género. Incluso artistas como Daft Punk o Justice han reconocido la presencia de este ascendiente tan característico en sus grooves ‘made in Europe’.
En Berlín, ciudad en la que se han cocinado muchos de los trends de los últimos tiempos, ya empiezan a sentirse los efectos de la fiebre por el italo disco. Publicaciones como The Berliner advierten de que cada vez son más los clubes nocturnos de la capital que se rinden a los sintes saltarines y las cadencias retrofuturistas. De hecho, apunta que una nueva hornada de DJs afincados en Berlín persigue desde hace algunos años recrear la atmósfera optimista y desenfadada de los 80 con el fin de recuperar la faceta humana y pasional que impregnaba la electrónica primigenia.
Comencemos por el principio. ¿De dónde surge el italo disco? Para ubicar su origen debemos remontarnos a la década de los 70, una era en la que la música disco dominaba las discotecas de todo el planeta. Divas maravillosas, orquestaciones gigantescas y arreglos increíbles. Todo el mundo bailaba en su burbuja hasta que, en 1977, un genio de la música llamado Giorgio Moroder, cambió las reglas de la escena dance produciendo ‘I Feel Love’ para Donna Summer.
Ni orquestas enormes ni arreglos exagerados ni, lo que es más importante para la industria, grabaciones carísimas. Un tema 100% elaborado a partir de sintetizadores y cajas de ritmos. Infinitamente más barato de producir y con un sonido rompedor. Incluso David Bowie recordaba lo que ocurrió cuando se lanzó el tema. “Estábamos en Berlín y vino Brian Eno corriendo. Dijo que había escuchado ‘I Feel Love’ y afirmó que aquello era el sonido del futuro. Aseguró que cambiaría la música de baile para los siguientes 15 años”. Y Brian Eno acertó.
A partir de ‘I Feel Love’v surgieron dos grandes corrientes: el Hi-NRG en Estados Unidos, que acabaría propiciando el surgimiento de la escena protohouse de Chicago, y el eurodisco en Europa, que con el paso del tiempo alumbraría el italo disco. La recta final de los 70 fue ganando en voces robóticas, sintetizadores y en la influencia omnipresente de Moroder. Sin embargo, no existía una corriente como tal que aglutinase la escena y, casi lo más importante, le diera nombre.
A principios de los 80, el género, aún por bautizar, había perdido un poco de su carácter disco y había ganado en comercialidad y en letras cargadas de romanticismo. El momento clave llegó en 1983, cuando el sello alemán ZYX Records lanzó al mercado una recopilación de música disco italiana, obviamente cantada en inglés, bajo el título ‘Italo Disco’. Efectivamente, contra todo pronóstico el origen del italo disco tuvo lugar en Alemania y no en Italia.
A partir de este momento, todo se desbocó y los temas de italo disco inundaron los charts europeos con su sonido chispeante. ‘Hey Hey Guy’ de Ken Lazslo, ‘Tarzan Boy’ de Baltimora, ‘Disco Band’ de Scotch, ‘Dolce Vita’ de Ryan Paris, ‘Happy Children’ de P. Lion, ‘Around My Dream’ de Silver Pozzoli, ‘Don’t Cry Tonight’ de Savage, ‘Vamos a la Playa’ de Righeira, ‘Forever Lovers’ de Italian Boys… Y hasta ‘Boys – Summertime Love’ de Sabrina.
Otros artistas, fundamentalmente alemanes, se mantuvieron en la órbita del italo disco, fuertemente influenciados por el género aunque resistiendo dentro del territorio eurodisco. Hablamos de superventas de la época como Modern Talking, CC Catch o Bad Boys Blue. En el Reino Unido, sin embargo, el fenómeno no tuvo tanta repercusión. Aquel inglés con marcadísimo acento italiano les chirriaba bastante y no acabaron de encajarlo.
El furor del italo disco se mantuvo en lo más alto a lo largo de casi toda la década, pero a finales de los 80 fue perdiendo empuje y se vio desplazado por el house y el techno. Sin embargo, su espíritu jamás murió por completo y, a lo largo de los 90 y los dos mil, su legado permaneció latente. ZYX Records volvió a publicar algunos recopilatorios y nuevos sellos, como Panama Records o Radius, reeditaron varios clásicos olvidados. Más tarde llegaron las bandas sonoras de películas, series como Stranger Things o los videojuegos retro que, como no podía ser de otra forma, incluyeron muchísimos guiños al género.
De forma paralela, han ido surgiendo otros sellos, como Slow Motion Records, dedicados a producir temas nuevos, lo que conocemos como new italo disco. Una evolución que nos ofrece música mucho más matizada, más underground, más orientada a los clubes y con los tempos mucho más relajados.
El electroclash, synthwave o el new retro wave, muy presentes en las listas de dance, beben directamente del italo disco. Su presencia ha mantenido vivo el interés por los sonidos ochenteros y ha abonado el terreno para que vuelva a brillar en versiones originales, remezclas y que nuevas formaciones como Mind Enterprises recojan el testigo y cumplan con todos los cánones del género. ¿Estás preparado para que tu discoteca favorita vuelva a llenarse de neones, sintes, ritmos four-on-the-floor y temas bailables ultra románticos?
FOTOS | UNSPLASH
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