Por Laura Elena Vivas
Si es por sensaciones, las tenemos todas. Escuchamos el sonido de las olas envidiosas golpeando la tierra, tratando de ver lo que nosotros podemos observar, esos paisajes de olivos o monumentos espectaculares que son testigos de la historia de la región, del país y hasta del mundo. Olemos los campos donde se cría y cultiva el alimento, sentimos el aire pleno de sol mediterráneo en la cara y saboreamos todo aquello que producimos. Que es mucho. Que forma parte de nuestra idiosincrasia, de nuestras costumbres más básicas y más sofisticadas. Las de una región como la andaluza, las de un país que por algo es uno de los principales destinos de turismo gastronómico en el mundo.
Tenemos todas esas sensaciones, y la gastronomía ocupa un lugar excepcional a lo largo y ancho, como en el Sur por ejemplo. En esa tierra de vista, oído, tacto, olfato y gusto privilegiado, la del disfrute tranquilo a ritmo de recetas y bebida en compañía, la del gazpacho y el salmorejo, las berenjenas crujientes con miel o el rabo de toro que ya es de toda España.
La de la Alhambra atardeciendo y sus bares y restaurantes, la de la cocina típica, la tradicional y la de versiones más modernas… La tierra con Granada como punto de referencia, una donde las opciones son infinitas para escoger y practicar una ruta de lugares donde probar platos muy andaluces.
Pescaito frito en Los Diamantes
Dos clásicos: el pescaíto frito es una de las preparaciones más tradicionales de la cocina andaluza, y Los Diamantes, un referente en cuanto a establecimientos de hostelería en Granada desde 1942. Está en pleno centro de la ciudad y hay que buscar sitio para pedir porque siempre está lleno de familias y amigos que acuden a pasar un buen rato con una Alhambra Reserva 1925 y comida abundante y sabrosa. Este plato es su especialidad, un imprescindible de la cocina andaluza en el que lo más importante es el buen producto y una fritura justa y sin exceso de aceite… Por esta razón cualquier granaíno recomienda Los Diamantes.

Caracoles en el bar Aliatar
De los caracoles se dice que ya en la Edad Media se consumían al no romper la abstinencia cuaresmal, y en el siglo XX aparecen algunas recetas para prepararlos. Es un plato típico de Granada asociado a algunas festividades y dicen algunos que en el bar Aliatar, un establecimiento fundado en 1947 y conocido por sus bocadillos con rellenos variados y sorprendentes, los preparan muy bien. Una buena opción para combinar con una Alhambra Especial al maridar bien con su toque picante porque ya se sabe, caracoles sin picante no hay quien los aguante.
Lomo de orza en Prado Negro
Aunque es un plato típico de varias regiones castellanomanchegas y andaluzas, cada una tiene sus particularidades a la hora de prepararlo. El lomo de orza surgió para conservar las carnes de la matanza, primero cocinadas y después dejadas en una orza con manteca y especias para que durara todo el invierno y la primavera sin echarse a perder, aunque también se aplicaba el proceso a otras carnes y embutidos. En Granada es una receta tradicional, y en la taberna Prado Negro es conocida por su sabor. Se encuentra en el parque natural de la Sierra de Huétor y a él acuden muchos aficionados y profesionales de las rutas en bici.
Ensaladilla de gambas en Cunini
La celebérrima ensaladilla rusa que se come en toda España, en Granada y otras provincias de Andalucía tiene su propia versión con gambas en vez de atún, y uno de los sitios recomendados es el restaurante Cunini, otro lugar histórico de la ciudad, una marisquería con más de 70 años de andadura en pleno centro, un espacio clásico y elegante y una terraza perfecta para comer bien durante el buen tiempo.
Olla de San Antón en La Cuchara de Carmela
Uno de los platos más representativos de la provincia de Granada. Se llama así por la matanza que se hacía en los días cercanos al de San Antón, el 17 de enero. Diferentes piezas del cerdo se cocinan con habas, judías, morcilla, arroz y verduras, una preparación contundente para el frío del invierno que en el restaurante La Cuchara de Carmela lo saben hacer muy bien, un lugar que desde 1955 es conocido por sus guisos. Es un espacio tradicional y cuidado en el que se puede disfrutar del sabor típico granadino.

Berenjenas a la miel en El Bar de Fede
Un plato muy andaluz, que refleja una vez más el legado dejado por los árabes en nuestra gastronomía. Las berenjenas a la miel es una preparación que suele gustarle a todo el mundo, perfecto para un picoteo o como entrante, y en El Bar de Fede encuentra una excelente versión. Se trata de un local con encanto y una decoración desenfadada. Su barra central llama la atención y ofrece unas cuantas opciones de tapeo y platos para comer en los que «lo clásico se funde con lo contemporáneo».
Salmorejo en La Ruta del Azafrán
Si hay una receta andaluza, cordobesa para más señas, que se toma con mucha frecuencia durante el verano es el salmorejo. Menos conocido que el gazpacho -también andaluz- pero con una popularidad innegable por lo refrescante y deliciosa que resulta la mezcla del tomate con aceite de oliva y pan viejo (sus ingredientes principales). En el restaurante La Ruta del Azafrán lo ofrecen como entrante, pero es que, además, es un local que no hay que perderse por las impresionantes vistas que ofrece desde sus mesas de la Alhambra de Granada, Un lugar perfecto para una cena idílica.