¿Salvaguardar toda la música del planeta durante 10.000 años? Puede parecer una utopía, pero hablamos de un proyecto muy real.
Por Raúl RearMachine
Todas las grabaciones que conocemos implican un soporte físico que se deteriora y resulta complicado de preservar, incluso las digitales. Los discos duros empiezan a mostrar algunos problemas trascurridos los cinco primeros años de vida y los CDs aguantan más, pero superados los tres lustros comienzan a degradarse. La solución podría hallarse en el corazón de una montaña noruega, un lugar muy especial donde se ubica el cuartel general del programa Global Music Vault, que cuenta con el soporte tecnológico de Microsoft. Una bóveda ¡diseñada única y exclusivamente para conservar música con la mayor calidad posible gracias a unas condiciones climatológicas únicas. Nos dará tiempo, exactamente, 10.000 años, para buscar la siguiente forma de almacenar nuestro legado sonoro sin que pierda un ápice de su calidad.
La Global Music Vault, o Bóveda Mundial de la Música, se alza en el extremo norte de Noruega. Más concretamente en el archipiélago de Svalbard, cerca del Polo Norte. La capa congelada que alfombra el suelo de forma constante, más conocida como permafrost, resulta ideal para sus propósitos y la construcción se ha ideado para soportar todo tipo de desastres, tanto los naturales como los provocados por el ser humano. Sus promotores aseguran que nos encontramos ante “el lugar más seguro del mundo” y garantizan que todas las creaciones musicales de la humanidad podrán reposar sin problema en su interior durante muchos, muchos siglos.
¿Es ya una realidad? La respuesta es no, aunque Global Music Vault, Microsoft y Elire Group trabajan de forma conjunta para presentarnos, en 2023, una nueva tecnología que supere las actuales limitaciones. Un conjunto de innovaciones concentradas bajo la denominación Project Silica, que emplea el cuarzo como punto de partida. La información que ha trascendido hasta el momento indica que se estarían desarrollando unas pequeñas ‘obleas’ de cristal de cuarzo, de 75 x 75 milímetros de superficie y dos milímetros de grosor, para almacenar, cada una, alrededor de 100 gigabytes de datos. Dichas ‘obleas’ se complementarían con una herramienta láser capaz de realizar nanoperforaciones y con un sistema de lectura basado en la luz polarizada, así como con un algoritmo de aprendizaje capaz de decodificar toda la información de forma independiente.
La Global Music Vault cuenta con un programa precedente: la Global Seed Vault, una bóveda de características similares cuya finalidad es la de proteger las semillas del mundo y que, en el sector, es conocida como la “Bóveda del Día Del Juicio Final”. Teniendo en cuenta que la estabilidad climática y geológica de Svalbard es prácticamente perfecta, este sofisticado silo también se encuentra emplazado en este mismo punto geográfico. Las ‘cápsulas’ musicales ocuparán un espacio exclusivo asignado dentro del Arctic World Archive, justo al lado de la Global Seed Vault.
Una vez desarrollada la tecnología, el siguiente paso consistirá en decidir en qué orden se guardan los archivos. Al parecer, los primeros que llegarán a la bóveda serán las creaciones de la artista británica Beatie Wolfe, las canciones del Polar Music Prize de Suecia, el contenido de la Biblioteca Alexander Turnbull de Nueva Zelanda y el de la Biblioteca Internacional de Música Africana. La agenda de la bóveda anuncia que, a partir de 2023, se irán añadiendo nuevos documentos de audio al almacén a razón de varios petabytes por año. Una cantidad ingente de información si tenemos en cuenta que un petabyte equivale a 1.024 terabytes o a un millón de gigabytes. “Global Music Vault se pondrá en contacto con el Consejo Internacional de la Música (IMC) para coordinar que las contribuciones lleguen de todas las regiones y países del mundo, asegurando que nada se quede atrás”, informa Celin Huseby, directora de comunicaciones de la firma.
“Existen más de 4 millones de productores de música en todo el mundo y cada día se publican más de 60.000 nuevas canciones sólo en Spotify. Las actuales soluciones de almacenamiento de datos físicos y digitales se están volviendo rápidamente obsoletas, irrelevantes y constituyen un riesgo para nuestro futuro. No sólo queremos destacar este punto dentro de la agenda de la industria mundial de la música, sino que, además, queremos trabajar con las mejores compañías del mundo para encontrar soluciones. Dado que nuestro objetivo consiste en ofrecer al ecosistema musical global una respuesta eterna, creemos que Silica de Microsoft es la solución exacta para nuestras necesidades de almacenamiento”, señalan desde Global Music Vault.
Pero, ¿y el consumo de electricidad? De todos es sabido que los centros de datos son uno de los mayores consumidores de electricidad en el mundo y que, únicamente los correspondientes a EE.UU., requieren de 90.000 millones de kilovatios/hora para su mantenimiento anual. Los responsables de la bóveda musical aseguran que han tenido en cuenta este problema y que su objetivo consiste en acercarse a las cero emisiones de carbono. Afirman que esta tecnología de cristales de cuarzo, a diferencia de los discos duros magnéticos, apenas consume electricidad una vez almacenada y que será una de las más ecológicas que el ser humano haya conocido jamás.
La Global Music Vault cuenta, incluso, con sus propias directrices ideológicas al regirse por los Cinco Derechos de la Música. Los tres primeros, el derecho a expresarse musicalmente en cualquier forma, a aprender lenguajes y capacidades musicales y el de tener acceso a un entorno musical a través de la participación, escucha, creación e información, hacen referencia a todos los seres humanos. Los dos últimos, el derecho a desarrollarse artísticamente y a comunicar dichas expresiones a través de cualquier medio a su disposición, así como el derecho a obtener un reconocimiento y una remuneración justa por su obra, afectan fundamentalmente a los artistas. Un ecosistema autónomo, completo y eterno para la música.
IMÁGENES | PIXABAY
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