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Transformar el error en arte: así son las obras “glitch” Transformar el error en arte: así son las obras “glitch”

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Transformar el error en arte: así son las obras “glitch”


Descubre qué es el arte glitch, su origen en lo digital y algunos ejemplos de obras que transforman el error en expresión artística.


El mundo digital suele asociarse con la perfección técnica: imágenes nítidas, algoritmos precisos y una promesa de exactitud infinita. Sin embargo, desde hace décadas existe una corriente artística que busca justo lo contrario: transformar los errores, fallos y distorsiones tecnológicas en materia prima creativa. Se trata del arte glitch, un movimiento que aprovecha las imperfecciones de sistemas digitales —desde un píxel roto hasta un archivo corrupto— para convertirlas en expresión estética.


Arte glitch: qué es y cómo surge


Para entender qué es el arte glitch, conviene empezar por la definición de glitch. El término, de origen inglés, se utiliza en electrónica e informática para describir un fallo técnico inesperado: una distorsión en la señal de vídeo, un error en un archivo de audio o una interrupción en el flujo de datos. El arte glitch consiste en aprovechar o incluso provocar de manera intencional esos fallos para crear una experiencia visual o sonora con valor estético.


No se trata de reparar el error, sino de celebrarlo. Como señala la investigadora Rosa Menkman en su ensayo The Glitch Moment(um) (2011), “el glitch abre una ventana hacia la materialidad de los sistemas digitales”, revelando que lo que solemos percibir como transparente y perfecto está en realidad lleno de vulnerabilidades. Este enfoque convierte el fallo en protagonista y cuestiona la idea de que la tecnología debe ser siempre impecable.


glitch

El origen del arte glitch en lo digital


El origen del arte glitch se remonta a mediados del siglo XX, cuando los primeros experimentos con vídeo y electrónica comenzaron a mostrar las posibilidades creativas del error. Artistas como Nam June Paik ya exploraban, en los años 60 y 70, la distorsión de la señal televisiva como forma de intervención artística. Su célebre Magnet TV (1965) consistía en alterar con imanes la imagen de un televisor, generando patrones abstractos que rompían con la narrativa tradicional del medio.


En los 80 y 90, con la expansión de la informática personal, los fallos en programas y sistemas digitales empezaron a verse como oportunidades estéticas. La música electrónica también incorporó este enfoque: el productor japonés Ryoji Ikeda o el alemán Oval jugaron con CD rayados y errores de reproducción para construir composiciones basadas en el ruido y la repetición.


El término glitch art comenzó a popularizarse en los años 2000 gracias a internet, donde comunidades de artistas compartían imágenes distorsionadas, fotografías corrompidas o vídeos manipulados digitalmente. La obra Digital TV Dinner (1978) de Jamie Fenton, considerada uno de los primeros ejemplos de arte glitch audiovisual, anticipó lo que luego se consolidaría como un movimiento global en el entorno digital.


Obras glitch: transformar el error en expresión


A lo largo de las últimas décadas han surgido múltiples obras glitch que muestran cómo los errores pueden convertirse en lenguaje artístico. La misma Rosa Menkman ha desarrollado instalaciones y piezas visuales en las que la saturación de píxeles, los cortes de imagen y los colores inesperados se convierten en protagonistas. En su obra Collapse of PAL (2010), por ejemplo, explora la estética del fallo en el sistema de televisión europeo PAL, transformando su obsolescencia en poesía visual.


Otro caso emblemático es el de JODI (Joan Heemskerk y Dirk Paesmans), dúo de artistas de internet que desde los 90 manipula código y errores de software para crear experiencias desestabilizadoras. Sus páginas web y videojuegos alterados revelan el lado oculto de la programación, mostrando pantallas caóticas que cuestionan la estabilidad del medio digital.


En el ámbito de la fotografía, artistas como Sabato Visconti han creado colecciones a partir de imágenes corrompidas por procesos de compresión y edición, generando retratos que oscilan entre lo humano y lo abstracto. Estos ejemplos de arte glitch demuestran que el error no es un obstáculo, sino una vía para descubrir nuevas formas de representación.


obras glitch

El arte glitch hoy: experimentación y creatividad


Lejos de ser una moda pasajera, el arte glitch sigue vigente y se ha expandido a múltiples formatos. En la cultura visual contemporánea lo encontramos en videoclips, instalaciones interactivas, portadas de discos y hasta en campañas publicitarias que buscan transmitir una estética disruptiva. El glitch se ha convertido en un lenguaje reconocible, asociado al mundo digital y a la idea de “error bello”.


La popularidad de herramientas accesibles —desde software de edición hasta aplicaciones móviles— ha democratizado la creación de obras glitch. Hoy cualquiera puede experimentar corrompiendo archivos de imagen o aplicando filtros que simulan errores digitales, lo que ha multiplicado la presencia de esta estética en redes sociales. Plataformas como Instagram o TikTok están llenas de creadores que manipulan vídeos con efectos glitch, acercando este estilo a audiencias masivas.


El movimiento también dialoga con corrientes artísticas contemporáneas como el vaporwave o el net.art, compartiendo la fascinación por la nostalgia digital y la crítica a la perfección tecnológica. Museos y festivales de arte digital incluyen cada vez más instalaciones interactivas basadas en glitches, como las presentadas en Ars Electronica en Linz o en el festival Transmediale de Berlín. 


Todo ello confirma que el glitch ha pasado de ser un fallo técnico a convertirse en un recurso expresivo con legitimidad artística. En este sentido, la fragilidad del sistema es también una oportunidad estética. Explorar es sumergirse en un universo donde lo inesperado se convierte en arte, y quizá también una invitación a experimentar con herramientas digitales para descubrir que en cada error late la posibilidad de una nueva forma de creación.


Imágenes I Unsplash

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