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La bóveda secreta de Prince: el legado de Paisley Park La bóveda secreta de Prince: el legado de Paisley Park

Música

La bóveda secreta de Prince: el legado de Paisley Park

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Mansión, estudio de grabación, santuario… A los fans de Prince Rogers Nelson se les ilumina la mirada cada vez que se menciona el nombre de Paisley Park, el Shangri-La del Príncipe del Funk.

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La icónica residencia, construida en 1986 en la localidad de Chanhassen, a las afueras de Minneapolis, constituye un buen reflejo de la vida de su creador: exceso y misterio. La leyenda afirmaba que todas las habitaciones contaban con los elementos necesarios para realizar grabaciones y que siempre había músicos de guardia residiendo en la villa, listos para capturar los momentos de inspiración de Prince. También aseguraba que el corazón del edificio albergaba una bóveda secreta donde Prince almacenaba todas sus grabaciones inéditas. En 2016, después de que el artista falleciera en la casa-estudio, los rumores se hicieron realidad. Se localizó la enigmática Secret Vault, se abrieron sus puertas y se confirmó que en su interior reposaban miles de canciones, inéditas en su mayoría. Los responsables de la gestión del legado del mito púrpura ordenaron el traslado de todo el material a las instalaciones de Iron Mountain, un centro de recuperación de datos de máxima seguridad donde, desde hace ya seis años, se examina minuciosamente cada archivo.

"Todas estas grabaciones de la bóveda verán la luz en algún momento después de que me haya ido", le dijo en su día el propio Prince a Michael Howe, por aquel entonces ejecutivo de Warner Records y en la actualidad archivista responsable de la bóveda. Puntualmente, desde su desaparición, Howe ha ido lanzando al mercado un álbum por año. El primer momento de conmoción llegó en 2018 con ‘Piano & A Microphone (1983)’, el primero de los discos creado única y exclusivamente con material inédito de la mítica cámara. Las canciones fueron halladas en una cinta de casete que recogía una grabación de una sola toma realizada de forma casera en el estudio Kiowa Trail en 1983. Posteriormente, en 2021, llegaría la segunda gran sorpresa: ‘Welcome 2 America’, la impactante recopilación de varias jornadas de grabación protagonizadas por el genio de Minneapolis junto a la bajista Tal Wilkenfeld y el batería Chris Coleman. El trabajo se redondeó finalmente con las aportaciones vocales de Shelby Johnson, Liv Warfield y Elisa Fiorillo, así como con los teclados de Morris Hayes, pero el resultado, doce temas completamente listos para ver la luz, no convenció del todo a Prince y decidió almacenarlo en la bóveda.

Existe un gran número de proyectos inéditos relacionados con el pequeño genio de Minneapolis. Uno de ellos, el álbum ‘Camille’, grabado en 1986, jamás vio la luz como disco pero ahora, en pleno 2022, su publicación se encuentra en el ojo del huracán. La idea inicial consistía en que el artista interpretase las ocho canciones del tracklist con un registro inusualmente elevado, muy andrógino. De cara al lanzamiento, tenía previsto emplear el alter ego femenino de Camille, sin ningún elemento identificativo que indujera a pensar que se trataba de un disco de Prince. A falta de unas semanas para su publicación, el proyecto se frustró y todas las canciones acabaron formando parte de otros trabajos, de forma dispersa. A principios de este año, el polifacético Jack White, ex The White Stripes, anunció su intención de retomar la idea original de álbum conceptual y editar finalmente ‘Camille’ en su sello, ‘Third Man Records’, tal y como su autor lo había imaginado originalmente. Ben Blackwell, cofundador del sello junto a White, declaró que contaban con todos los permisos y que "la gente de Prince ha estado de acuerdo, casi ha sido demasiado fácil".

Pese a su aparente sencillez, el proyecto se ha acabado complicando. Y mucho. Recientemente, como respuesta a varios titulares de interpretación dudosa, el propio White ha recurrido a sus redes sociales para aclarar que ni él ni Third Man Records tienen la intención de editar o remezclar la música de Prince. “Me refería simplemente a poner las canciones en el orden original en el que estaba el álbum de ‘Camille’, ya que esas canciones se han lanzado en múltiples lanzamientos desde que ‘Camille’ salió de la imprenta por primera vez. Nunca me metería con la música de Prince. Con suerte, eso aclara cualquier malentendido y este álbum puede ver la luz del día en su forma original”, ha manifestado. Efectivamente, Blackwell tenía razón al señalar que todo se había resuelto demasiado fácil y los derechos que Warner posee sobre el legado del artista parecen estar provocando algunos escollos. Tantos, que no se ha vuelto a barajar ninguna posible fecha para el lanzamiento.

La publicación o no de material inédito de artistas desaparecidos ha sido objeto de controversia en la industria, ya que, al no poder contar con la opinión ni las directrices del autor, algunas de las decisiones que se deben adoptar durante el proceso pueden alejarse del espíritu que marcó la creación de la obra. Este podría ser el caso del lanzamiento, en 2014, de ‘Xscape’, el segundo álbum póstumo de Michael Jackson. Su publicación dividió a la crítica, ya que el conjunto del proyecto no alcanzaba las cotas de calidad habituales y muchos se preguntaron si el Rey del Pop habría estado de acuerdo con aquella decisión. Tres cuartas partes del contenido eran maquetas grabadas entre 1983 y 1999 que llevaban años circulando por los foros de fans. Los propietarios de los derechos se limitaron a recopilar las favoritas del público y a lanzarlas juntas, por lo que muchos censuraron su simple interés de “hacer caja”. “No suena tan mal -indicó el músico Peter Mills-, pero le otorga treinta tristes puntos sobre cien”.

Con lo que no habrá duda alguna será con el legado artístico de Anderson .Paak, quien se ha manifestado abiertamente en contra de que se utilice su material cuando él no esté. Poco después de que el ‘Welcome 2 America’ de Prince llegara a las estanterías de las tiendas de discos, el artista declaró que el hecho de que determinado material quede almacenado en su ordenador no significa que él lo quiera compartir con su público. Por si no había quedado suficientemente claro, Paak se hizo un tatuaje con el siguiente texto: "Cuando me haya ido, por favor, que nadie publique ningún álbum póstumo ni canciones con mi nombre. Serían sólo maquetas y nunca se pretendió que las escuchara el público".

IMÁGENES | UNSPLASH


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