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La segunda mano, una pasión de nuestro tiempo La segunda mano, una pasión de nuestro tiempo

Es Tendencia - Cultura

La segunda mano, una pasión de nuestro tiempo


Buscar y encontrar prendas usadas es la tendencia del momento entre las generaciones más jóvenes. Una reivindicación del consumo responsable que cada vez ocupa más espacio en nuestros armarios. 


Nunca antes las grandes industrias de la moda habían tenido un ritmo tan abrumador. Se percibe en las tendencias, prendas virales y nuevos estilos que parecen surgir cada semana, casi sin tiempo para asimilar todo lo que queda atrás. Es el triunfo definitivo de la prisa en un arte -el de la sastrería- que en sus inicios solo buscaba explorar nuestra mejor versión. 


En el otro lado de este frenesí de tendencias se encuentra un tipo de fashionista que ha encontrado la fórmula para alargar el tiempo. O, al menos, el de millones de prendas de ropa que no fueron creadas para usar y tirar, sino para perdurar. Son ellos los nuevos abanderados de una tendencia en alza: la segunda mano


Y es que detrás de nuestra predilección por lo usado no hay solo admiración por lo vintage. También está el compromiso y la preocupación por el futuro del planeta, que ha sido clave para encontrar una forma de vestir mucho más sostenible. ¿El resultado? Todo un movimiento low waste que busca cambiar las normas de la moda.


Sostenibilidad y moda ugly: las claves del éxito de la segunda mano


¿Por qué ceñirse a un par de tendencias cuando la segunda mano nos ofrece posibilidades infinitas? Es lo que, probablemente, han pensado últimamente muchos centennials, que han dejado de acudir a las grandes cadenas de ropa para emprender la búsqueda del tesoro en tiendas vintage


Pero este éxito responde a muchas razones. Primero, por la implicación sostenible que hay detrás de cada adquisición de segunda mano. Es, de hecho, toda una prioridad entre jóvenes que en su momento pusieron cara al movimiento Fridays for Future, liderado por la activista Greta Thunberg. Porque cada pieza de ropa usada que entra en un armario es una prenda menos que acaba entre hordas de desechos. 


También hay un aliciente creativo. Sobre todo en una época en la que la moda de los 90 y los 2000 fascina a jóvenes de todo el mundo. E, incluso, contribuye a esto una tendencia tan popular como el ugly fashion, que encuentra en el desorden, la desproporción y lo feo una forma de generar estilo. O por ejemplo, el llamado maximalismo, que ha hecho muy conocidas a diferentes creadoras de contenido en redes como TikTok. 


TikTok, la inspiración de lo usado


La segunda mano es un movimiento espontáneo y, como tal, no tiene hueco en revistas de moda o catálogos de ropa. Aunque bien es cierto que cada vez más celebrities se dejan vestir por las prendas vintage que las grandes firmas guardan como piezas de museo. Sin embargo, la verdadera inspiración de los fashionistas en cuanto a la moda se encuentra ahora mismo en TikTok


Allí, algunos de los creadores más populares en este segmento demuestran, vídeo tras vídeo, que la ropa de segunda mano no solo es muy económica, sino que también permite crear y exhibir los mejores estilismos

Ellas marcan tendencia


Una de las más conocidas es la estilista Carla Paucar (imagen inferior), que también acostumbra a vestir a artistas de renombre como C. Tangana o Nathy Peluso. Es toda una habitual de mercadillos y tiendas de segunda mano como Humana. Es más, es experta en encontrar auténticas joyas de firmas de lujo, como vestidos de los 90, zapatos icónicos y accesorios singulares. 


También se ha hecho muy conocida la creadora Carla Gavilán por los vídeos probándose ropa de su abuela, con prendas que bien podrían estar hoy en los estantes de los grandes almacenes. Asimismo, en la red hay otros rostros conocidos que son asiduos en estas tiendas y que comparten sus hauls, como Carolina Moura o la maquilladora Andrea Egido, que muestra cómo la ropa de segunda mano casa a la perfección con su singular estilo. 


Aunque si hay una creadora que rompe todos los límites es la argentina Miranda Lorenzo, que también es una verdadera artista en lo que se refiere al upcycling (es decir, la transformación de prendas usadas). De hecho, en sus looks imposibles hay sitio para todo tipo de objetos, como peluches, juguetes o máscaras usadas. Todo un plus de inspiración para más de medio millón de seguidores que descubren, a través de sus creaciones, la magia de recuperar prendas usadas e intervenirlas.



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