Cultura - Cine
Larga vida a las comfort movies: películas (y series) para volver a los planes de sofá y manta
Ahora que nos adentramos en el otoño es tiempo de recuperar el sillón de la mano de producciones reconfortantes que respiran atemporalidad.
Los días se acortan y la temperatura comienza lentamente a descender. Es innegable que la llegada del otoño nos transporta a las tardes de comfort movies o series con las que nos sentimos en casa.
Al final, parece que observar cómo el color de las hojas se van tornando de un verde intenso a un ocre dorado nos lleva a recurrir, irremediablemente, a esas series y películas cuyos diálogos podríamos recitar de memoria. Un listado personal pero en el que, curiosamente, siempre se repiten algunos títulos que se han convertido en producciones indiscutibles para disfrutar sin prisa, entre palomitas y una de tus Cervezas Alhambra favoritas.
Qué son las películas reconfortantes (o comfort movies)
Las películas confort son aquellas con las que, a lo largo de los años, hemos desarrollado una conexión emocional especial. En unos casos ese vínculo nos transporta hacia la infancia, en otros está relacionado con la primera vez que la visionamos o con que la propia trama nos recuerda a un momento muy concreto de nuestro pasado. Ahora bien, también puede surgir de su propio argumento como resultado de sus finales esperanzadores o entrañables.
En definitiva, no existe una definición concreta de qué son las comfort movies o series de confort, tan solo que son aquellos títulos a los que no dudamos en recurrir cuando solo queremos relajarnos entre cojines al abrigo de nuestra manta de confianza. Aquellas que siempre nos devuelven la sonrisa cuando recordamos con nostalgia el verano o empezamos a sentir el peso de la rutina.
Clásicos que siempre apetece volver a ver
La ventaja de las comfort movies es que, como se han convertido en películas para volver a ver una y otra vez, sabemos perfectamente cuál debemos poner según nuestro estado anímico. Si la finalidad es gastar pañuelos, y llorar con la tranquilidad de culpar al guionista, la lista debería empezar con un drama romántico que se desarrolle durante el hundimiento de un transatlántico o como la conocen sus incondicionales: Titanic (1997).
Ahora bien, si el objetivo es una historia más entrañable, una primera opción podría ser la extraña pareja que conformaron Meg Ryan y Billy Cristal en la comedia romántica Cuando Harry encontró a Sally (1989). Aunque también podríamos decantarnos por Forrest Gump (1994) con la inolvidable interpretación de Tom Hanks, con la que seguro disfrutaremos de dos horas entre risas y lágrimas acompañados de la inconfundible banda sonora de Alan Silvestri.
También es posible que tan solo estemos buscando jugar con la máquina del tiempo de la mano de Regreso al futuro (1985), con Michael J. Fox viajando por las líneas temporales con su particular DeLorean. De hecho, el éxito de la película llevó a sus creadores a filmar una segunda y tercera parte, lo que la convierte en un plan perfecto para un maratón de fin de semana.
Y cómo no, si hablamos de retroceder en el tiempo, qué mejor idea que recuperar clásicos con los que rendir tributo a Robert Redford y su emblemática interpretación del timador Johnny Hooker en El Golpe (1973). O apostar por celebrar a consagradas actrices que todavía siguen con nosotros como Shirley MacLaine, volviendo a disfrutar de su inolvidable papel en El Apartamento (1960) junto a Jack Lemmon.
Series de confort: capítulos que se sienten casa
Al hablar de series de confort la clave ya no solo está en el título escogido sino en el capítulo en cuestión. De la mano de Friends (1994 - 2004) aprendimos lo ridículos que podemos llegar a lucir si basamos el autobronceador en contar ‘misissipis’; con Modern Family (2009 - 2020) descubrimos que las presentaciones de los nuevos miembros de la familia exigen entonar El ciclo de la vida y de la mano de Las chicas Gilmore (2000 - 2007) entendimos que lo más sagrado de ir al cine es el reparto de los regalices sobrantes.
Hasta el regreso a la rutina, las reuniones y la oficina es algo más llevadero si las acompañas con escenas de The Office, y es que tanto la versión británica como la americana están salpicadas de instantes irrepetibles que las convierten en series de confort.
Clásicos contemporáneos
Cuando el objetivo es una noche de risas, Mentiroso compulsivo (1997) es la opción que a muchos nos viene a la cabeza. Jim Carrey y su incapacidad de decir algo que no sea una verdad despierta sonrisas y carcajadas intergeneracionales. Pero ¿es necesario que las décadas se acumulen tras un estreno para que una película engrose el listado de las comfort movies? La realidad es que no y este es, precisamente, uno de los puntos fuertes de las comfort movies: las reglas y normas sociales no se aplican. Por ello solo debemos buscar esa historia que, con independencia de los años que pasen, siga conectando con nosotros. Aunque claro, gracias a ese transcurrir del tiempo se convierten, en un momento u otro, en clásicos contemporáneos.
De esta forma la saga de Ocean´s Eleven (2001 - 2007) se mantiene como una opción habitual de los amantes de los planes brillantes en la ejecución de lujosos robos. Pero no es necesario que Brad Pitt y George Clooney dirijan a una banda de ladrones, en ocasiones solo necesitamos a un ratón escondido en un sombrero ejerciendo como chef en la sombra como Ratatouille (2007).
Y es que aunque no podemos luchar contra el paso del tiempo ni evitar que el verano llegue a su fin, es posible tratar de buscar el lado más positivo de esta situación: el comienzo de la temporada de sofá, manta y comfort movies. Un momento perfecto para adentrarse en esas películas de las que ya sabemos qué podemos esperar, con la seguridad de que siempre cumplirán con nuestras expectativas: una lágrima justificada, una sonrisa o recuperar la sensación de calma.
Imágenes: Unsplash | Filmaffinity
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