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Tatuajes tribales: origen, significado y evolución de esta tendencia eterna
Descubre el origen y el significado de los tatuajes tribales, su evolución hasta hoy y su papel en la cultura Y2K actual.
Vivimos en un auténtico revival de las tendencias de los años 2000. Una de ellas fueron los tatuajes, que en la época encontraron su máximo representante en los tribales. ¿Están volviendo gracias a la nostalgia? Analizamos las nuevas modas y te presentamos a los artistas que plasman sus creaciones en la piel.
Los tatuajes tribales han pasado de verse con cierta condescendencia a lucir en los perfiles de redes sociales más influyentes. Junto a otras reminiscencias Y2K, que traen de vuelta los iconos de una década heterogénea y maximalista, uno de los estilos que más pega es el tribal. Esta vez, eso sí, mezclado con otras esencias contemporáneas.
Historia del tatuaje: de ritos ancestrales a arte contemporáneo
En las lenguas polinesias, “ta” significa “golpe”, un término que evolucionó hasta el tahitiano “tatau”, que representa el acto de marcar algo. De ahí proviene la palabra “tatuaje” que utilizamos hoy en día y que representa una técnica milenaria cuyo primer rastro se localiza en dos momias egipcias.
A lo largo de la historia, tatuarse ha tenido connotaciones muy distintas, incluso antagónicas. En las antiguas Grecia y Roma, por ejemplo, los tatuajes se utilizaban para identificar a la servidumbre o para erigirse en seguidor de algún culto religioso. Y, mientras en el Japón antiguo era símbolo de pertenencia a una clase social pudiente, más recientemente ha servido a miembros de una organización criminal como la Yakuza para reconocerse, gracias a unos patrones concretos.
Así ha ocurrido a lo largo de siglos y décadas, como en los casos de la mafia rusa, los marineros o los encarcelados, pero el rechazo al tatuaje pertenece al pasado. A día de hoy el estigma se ha transformado en aceptación y puede hasta resultar extraño ver a alguien joven cuya piel continúe totalmente inmaculada.
¿Qué son los tatuajes tribales?
Aunque lo cierto es que hoy muchos eligen los diseños tribales puramente por estética, su raíz está profundamente conectada al arte corporal ancestral.
El término “tribal” también se ha transformado en un estilo artístico en sí mismo, influenciando por el diseño gráfico, la moda y por supuesto, el tatuaje moderno. Los tatuajes tribales son diseños inspirados en los antiguos símbolos étnicos y espirituales, originarios de diversas culturas alrededor del mundo. Su característica principal es el uso de líneas negras gruesas, formas simétricas e intrincadas, que crean patrones visualmente muy potentes y atractivos.
Entre los símbolos tribales más comunes encontramos espirales, animales totémicos, máscaras, figuras geométricas o representaciones de elementos naturales como el sol o la luna. En un tatuaje tribal, cada trazo tiene un propósito y un significado dentro del grupo social que lo originó.
Origen y significado de los tatuajes tribales
Los primeros tatuajes tribales se remontan a culturas como la polinesia, maorí, samoana, filipina o africana. En estos pueblos, el acto de tatuarse iba más allá de la decoración: era una ceremonia espiritual, un ritual de paso, un marcador de estatus o una forma de protección simbólica.
Por ejemplo, en el caso de los maoríes de Nueva Zelanda, el moko (tatuaje facial) indicaba linaje y valentía. Los samoanos utilizaban el “pe’a” para los hombres y el “malu” para las mujeres, en un proceso que podía durar hasta semanas. En Filipinas, los antiguos guerreros recibían tatuajes tras la victoria en combate.
Cada cultura tiene su propia simbología, pero todas comparten el uso del tatuaje tribal como lenguaje identitario, espiritual y narrativo. Por eso, es importante entender que, aunque en nuestra cultura contemporánea, mande la estética, no debería dejarse de respetar el origen de los tatuajes tribales y entender que es una forma de contar historias milenarias en la piel.
La evolución de los tatuajes tribales hasta hoy
El tatuaje tribal, tan en boga a día de hoy, encierra ricas herencias culturales porque al margen del factor estético servía para distinguir a miembros de una misma tribu. Uno de los estilos de tribales más reconocidos, el maorí, se caracterizaba especialmente por la decoración facial del moko, que atestiguaba la valentía de quienes soportaban tan doloroso ritual.
Basado en una tortuga maorí o el triskel celta, en una intrincada cruz o en el etua o el enata polinesios, un tribal actual fundirá tradición con modernidad, cual signo de esta época. . Si hace décadas fue Leo Zulueta uno de los precursores, ahora son largas las listas de espera para ‘pincharse’ con Amber Muse o Daria Sharova.
El tribal está de moda y así se deja ver por todo el mundo, de Michigan (Julian Bast) a Tokio (Taku Oshima) y de Berlín (Gian Luca Matera) a Sevilla (JLR), siempre con aromas y peculiaridades locales. Todo dependerá del artista que más nos entusiasme, de que el diseño elegido represente nuestra personalidad y que los calendarios de cliente y tatuador coincidan.


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Aunque en su versión actualizada hayan conquistado a influencers de la tinta, los tribales no vienen solos. En los últimos años el minimalismo y la línea fina han predominado y esa tendencia no parece que vaya a cambiar de repente. Que no resulten tan llamativos a primera vista, de hecho, puede haber influido en su impulso.
Los más conocedores, eso sí, prevén un aumento de diseños microrrealistas, que aúnan la discreción de su menor tamaño con una técnica depurada, que aporta detalle incluso en pequeño formato. Y no podemos olvidar a otro clásico renovado, el blackwork, un potente acabado en una sola tinta donde texturas y tramas marcan la diferencia.
En cuanto a las zonas del cuerpo, las preferidas seguirán siendo los brazos. Habrá por supuesto quien se atreva a distinguirse eligiendo las manos o el cuello, zonas que además de ser más visibles pueden hacer la sesión un poco más dolorosa. Serán la opción perfecta para habituados al tatuaje cuyo estilo de referencia sea el ‘tradicional’.
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