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Cultura

Todas las vidas de Bartleby, mucho más que una librería

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Por su animada agenda cultural y su cuidada oferta de libros, en Bartleby los días también se parten en vidas, y no en horas.

Por Lorena Papí

Sumergirse en las páginas de una historia fascinante es hacer que el tiempo se detenga. Que sea la realidad la que se desvanezca, como si ella fuese la ficticia. Que solo importe el presente —los personajes, su viaje, las emociones que suscita la lectura— mientras se saborean las palabras: leer es una invitación a soñar despierto.  

Para los fundadores de la Librería Bartleby, el momento de encontrar un nuevo libro es igual de especial. Por eso han creado, más que un negocio, un refugio para todos los que aman la lectura. Y se han erigido con el paso de los años en foco cultural de Ruzafa, uno de los barrios con más vida(s) de Valencia. 

Su filosofía de trabajo —tomar el concepto de pequeña librería para ofrecer algo diferente, singular— es un leitmotiv compartido por Cervezas Alhambra. Pero también su concepto de tiempo: se necesita dejar la prisa a un lado para disfrutar de ambos rituales. Del placer de caminar entre títulos, ojear las portadas y elegir el próximo viaje, la próxima vida. 

El mismo tiempo y la misma calma que se requiere para que los matices de las creaciones de la firma granadina se revelen. Porque son cervezas hechas sin prisa, para disfrutar con calma. Como se disfruta de un buen libro o de una grata conversación con un librero

Una pasión compartida: el origen de la Librería Bartleby


bartleby valencia

Cuando David Brieva —formado en gestión cultural— y Luci Romero —poeta, además de librera— decidieron materializar en 2013 lo que hasta entonces solo era un sueño, Bartleby ya tenía una identidad propia muy marcada

El proyecto se originó cuando las vidas de sus socios, dos grandes amantes de la lectura y conocedores del mundo de la cultura, se cruzaron. Precisamente, fue en un programa de radio local sobre libros en el que cada uno hablaba de sus pasiones: David, de cómics y novelas gráficas y Luci, de literatura. El sueño compartido de abrir una librería les marcó el camino.

 “Nuestra idea era que las librerías deberían adaptarse a su papel de pulmón cultural del barrio. No solo es solo ofrecer un servicio, es ofrecer cultura, explica David. Por eso las actividades culturales están en el ADN del proyecto y siguen siendo una pata fundamental. 

La personalidad de David y Luci es la que marca su concepto de librería. Decidieron que novelas, ensayos, cómics y álbumes ilustrados podían compartir espacio sin que ninguno de estos géneros se viera arrinconado, o eclipsado por el resto. Que los cómics podían tener tanta importancia en su selección como las obras literarias. 

“Estos dos mundos han estado siempre separados en las librerías. La fusión de ambos es lo que nos ha hecho diferentes. Y es lo que permite a los que ya leían libros acercarse a la novela gráfica sin el agobio de entrar en una librería plenamente especializada”, cuenta David. 

Su personal selección de libros es otra de sus señas de identidad, ya visible desde su cuidado y artístico escaparate. La que le otorga esa personalidad casi indie, como explica su cofundador: “En Bartleby no vas a encontrar los bestsellers que puedes comprar en cualquier sitio, incluso en un supermercado. Hay un trabajo de selección de títulos interesantes, de editoriales que tal vez no encuentres en otros lugares, y nuestras apuestas personales”.

Libros, cómics y tiempo


bartleby valencia

La conversación es un elemento recurrente de la experiencia de visitar Bartleby. Que sean dos expertos en ambos campos —la novela gráfica y la literatura—  hace que fluya a menudo, cuando el cliente necesita una recomendación. Si algo les diferencia de las grandes cadenas de librerías es su dedicación, su cuidada atención.

Que empieza por dejar fluir a quien entra en la librería, sin condicionar su tiempo, ni su experiencia. Dejar que navegue relajadamente entre todos esos títulos, con la calma que necesiten para encontrar su libro. Y guiarles, cuando se sientan perdidos. “Conocemos nuestra selección y siempre estamos muy dispuestos a recomendar. Nos gusta mucho conversar y descubrir qué título te puede gustar”, comenta David. 

Por eso, su mayor valor como librería es el tiempo. Como lo es para Cervezas Alhambra. Porque lo que ambas ofrecen es una forma diferente de experimentarlo: poder partir el día en vidas y no en horas, como dijo precisamente, un gran poeta. Es lo que David siempre amó (y ama) de los libros en general y de la novela gráfica en particular: “Leer es una forma maravillosa de vivir múltiples vidas. Si hay una manera de vivir más y más cosas es esta”

Un paraíso de los libros y la cultura: charlas, coloquios y mucho más


bartleby valencia

Bartleby no es solo una librería. Tampoco es una librería al uso: es un lugar de encuentro cultural y un ser vivo, que cambia constantemente. Diáfano e inteligente, está pensado para mutar a escenario, a sala de cine o a foro de debate de la comunidad seriéfila española, según el evento. 

Acoge los clásicos encuentros entre autor y lectores; por allí han pasado personajes del calado de Joaquín Reyes —que les situó en el mapa, al poco de abrir sus puertas— autores de cómics como Max y poetas como Julio Llamazares. Pero van más allá de esos mismos eventos que pueden encontrarse en otras librerías, ofreciendo propuestas diferentes; una mirada nueva de lo que puede llegar a ser una librería.

Con ideas que resultaron increíblemente populares, como la representación durante más de un año de “Manual de plantas de interior”, una obra de teatro creada exprofeso para este espacio por Nacho López Murrias y en la que 32 actores se turnaron para interpretar al librero y al cliente. El texto se convertía a sí en algo orgánico, que cambiaba según la forma de los actores de jugar con lo que fue un “precioso ejercicio de metalenguaje”, define David. 

Y con eventos tan originales como la presentación del manga ambientado en Tokio “El gourmet solitario”, que acompañaron de una degustación de los platillos que aparecían en el cómic —los que su protagonista descubría y relataba—, en colaboración con otro local del barrio, la taberna japonesa Tora

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O con su exitosa participación en iniciativas tan bonitas como Sentim les llibreries, un amigo invisible que conecta a lectores y librerías de toda la ciudad para impulsar la actividad de este sector con un intercambio de libros entre desconocidos. Que no sería posible sin esa labor de (sabia) recomendación de libreros como David y Luci. 

Pero no son solo libreros. Para los lectores que encuentran allí su siguiente joya, son descubridores de tesoros. Y para todo aquel que le guste viajar sin salir de las páginas de un libro, son sus dos expertos guías

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