Argumento de la obra.
Ver
«En este tiempo de cuartos aislados y de aire que falta, es momento de sembrar en nuestro interior primaveras de esperanza y amor. Así, cuando salgamos por las calles de Granada a celebrar nuestra Cruz de Mayo, podremos alzar la vista hacia las ventanas vecinas y recordar, con ternura, cómo hubo un tiempo en el que mientras hacíamos de nuestro balcón un refugio, plantamos todo aquello que estamos recogiendo ahora. No hay jaulas mientras se sienta con el corazón».
El leitmotiv que ha propiciado la creación de esta propuesta es, en clave simbólica, lo que muchas personas han estado viviendo estos meses a nivel mundial: un balcón, una ventana,
una habitación interior, un momento de introspección. Lo importante en este día es revalorar
las raíces, y por eso se pretende homenajear a cada persona que hace posible la realización
de dicha festividad. Es una invitación a conocer el interior, a compartirlo y a celebrarlo.
En términos técnicos, el trazo de la ilustración digital simula la presión y espontaneidad del
pincel de manera sutil, así ese «hecho a mano» alude a las cruces de flores de la festividad,
algo hecho a mano con dedicación y cariño, por manos artesanas.
Se recogen algunos iconos de la Fiesta para su representación simbólica:
- El mantón , ese casticismo de la geografía universal de influencia hispana, un símbolo femenino rico en simbolismo. Flecos y flores lo decoran, algo que es también cosido a mano.
Un proceso, una «creación sin prisa»
- La ventana , símbolo de apertura, de vivir sin prisa deteniéndose a ser espectador de lo que te ofrece. Una mirada al interior y al futuro, a la esperanza. Es el vaso comunicante entre dos seres.
- Las clásicas volutas bajo el balcón que recuerdan a aquel capitel almohade
- Friso, volutas y fondo, patrones geométricos que nos recuerdan la ingeniería árabe en la que
se cimenta nuestra ciudad y su belleza matemática.
- El friso del típico balcón andaluz de forja , grabado con aquella iconografía de la cerámica de Fajalauza de origen morisco típica de Granada.
- El pájaro , como augurio de crecimiento y prosperidad, como los que podemos encontrar
sobrevolando nuestras plazas en esta época del año.
- Las flores, claveles, rosas y geranios rojos , elemento característico del Día de la Cruz. Flores mediterráneas que representan el poder de lo bueno frente a lo malo, momento de la
alegría, pasión, sentimientos eternos y delicados.
- Un arco de herradura apuntado, en clave simbólica, propio de la arquitectura andalusí,
decora el marco de la ventana.
Los colores recogen la gama cromática del casco antiguo de la ciudad; marrones grisáceos,
blancos encalados y un rojo intenso, que aportará esa magia, energía y vitalidad característica
de sus rincones. Las tipografías empleadas reflejarán los valores de Granada. Por una parte,
clásica, popular, antigua, y, por la otra, una Granada viva, espontánea y moderna.
En resumen, una propuesta conceptual mágica, ilustrada y arriesgada. Una composición
central y simétrica que resulta armónica y atractiva. Una creación sin prisa .
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