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Festival Milnoff, esencia y tradición flamencas Festival Milnoff, esencia y tradición flamencas

Música

Festival Milnoff, esencia y tradición flamencas

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Sucedió en Granada, dónde si no. Corría el año 1922 y un grupo de músicos, políticos, escritores y artistas de la época se unió para impulsar la celebración del primer certamen de cante de ámbito nacional. Nada menos que 12.000 pesetas le pidieron al Ayuntamiento de Granada para ponerlo en marcha. Entre los firmantes de la carta que demandaba la organización de aquel Concurso de Cante Jondo de Granada, destacaban Manuel de Falla, Joaquín Turina, Federico García Lorca, Zuloaga o Juan Ramón Jiménez. Ni que decir tiene que el acontecimiento, materializado en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra, fue todo un éxito. Se grabaron algunas de las actuaciones, como la de la Niña de los Peines, Tomás Pavón o José Cepero. Los rudimentarios registros sonoros resultantes, realizados por la casa Odeón y preservados en el Archivo Manuel de Falla, así como las placas de pizarra de Federico García Lorca que se conservan en la fundación que lleva su nombre, se emplearon en 2017 para editar un disco conmemorativo. 

En el atípico 2020 este festival ha servido como germen de iniciativas como el recién celebrado Festival Milnoff de Granada, heredero directo de aquella tradición y del arte eterno del flamenco

Las plazas y calles de la capital nazarí han vuelto a empaparse de duende con la llegada del Festival Milnoff, una auténtica declaración de amor al flamenco que ha vestido de arte la ciudad congregando durante cinco días a algunos de los máximos representantes del género y revisando todas y cada una de sus facetas. Cante, baile, guitarra, fusión, escultura, pintura, fotografía, cine y literatura… Nada ha escapado al abrazo del evento.

Pepe Luis Carmona Habichuela fue el encargado de inaugurar la programación en el Teatro del Generalife con el estreno de ‘In Paradisum’. Fiel a su esencia, personificó la elegancia del flamenco y honró la figura de su padre, el gran Luis Habichuela. Un concierto que emocionó hasta lo más hondo y llevó a revisitar los fundamentos del duende.

Kiki Morente tomó el relevo en la segunda jornada y recorrió, junto a la guitarra de David Carmona, las texturas del flamenco. Aunque la lluvia impidió que, tal y como estaba previsto, los compases se sincronizaran con los de su hermana Soleá Morente, el recital cubrió el extenso itinerario que parte de los cantes antiguos y culmina en una actualidad que mira sin complejos al futuro.

El siguiente artista que nos enamoró con su raza fue Juan Andrés Maya. Su espectáculo, acertadamente bautizado como ‘Furia Maya’, se adueñó del Palacio de los Córdova y puso de manifiesto la autoridad de su baile. Una descarga de energía y talento, impulsada por la fuerza de toda una dinastía artística, que colmó de sentimiento el escenario.

Los ‘Jóvenes Habichuela’, herederos de un linaje incontestable, dejaron igualmente claras sus ganas de consolidar su lugar en la escena por derecho propio. Aunque la lluvia volvió a hacer acto de presencia e interrumpió el espectáculo en su momento culminante, Marina, Juan, Carlos y Lucas Carmona encandilaron con su flamenco fusión y aprovecharon la ocasión para rendir un sentido homenaje a sus mayores.

La Fabi y Belén López fueron las responsables de cerrar el ciclo Trasnoches del Milnoff. Derrocharon calidad sobre la tarima y su energía vino a reivindicar el peso de las mujeres en el flamenco. Su cante y su baile demostraron que la sensibilidad y la pasión femeninas forman parte sustancial del arte. Ni el aguacero que descargó en el tramo final del recital pudo aplacar su entrega y, aunque obligó a desenchufar los equipos, las voces siguieron entonando a capella y la guitarra continuó resonando, protegida por un paraguas.

“He intentado hacer un homenaje a mi padre. Quiero que descubran en mí la emoción del mensaje que quiero mandar a través de músicas muy diferentes pero con algo en común: ambas son muy elegantes. Quiero que convivan de manera natural, sin que sea algo forzado”, confesaba Pepe Luis Carmona Habichuela poco antes de estrenar su espectáculo. “In Paradisum es el corazón de la memoria y el recuerdo”, añadía.

La cantaora Irene Molina, una de las figuras destacadas de la jornada que el Milnoff dedicó a Camarón, señalaba por su parte que confiaba en que los asistentes al festival descubrieran en ella un espíritu joven y flamenco. “Voy a ir con el corazón en la mano, intentando llegar a todo tipo de público”. “Espero que con este proyecto de grabación en el que estamos ahora, la gente, después de tantísimo tiempo que llevo en la música, capte mi forma de cantar y de llegar a los corazones. Que guste y que lo sientan como yo lo siento”.

El bailaor Juan Andrés Maya, cuyo arte se forjó en La Cueva de La Rocío y que actuó el día en el que se rendía homenaje a su tío Mario Maya, quiso agradecer la labor divulgativa realizada por parte del festival. “El Milnoff ha hecho que personas que están trabajando en tablaos, que son las catedrales del flamenco, y personas que estamos en los teatros y que podemos tener más nombre, nos congreguemos en diferentes puntos de Granada. Granada tiene lugares maravillosos que no están aprovechados y que se están aprovechando ahora. Y eso lo ha hecho el Milnoff”.

Si quieres conocer más detalles de lo que ha sido y será el Festival Milnoff de Granada, puedes disfrutar con las entrevistas exclusivas que nos concedieron varios de sus protagonistas



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